Otra temporada más, Mestalla no tendrá competición europea.
Me consta de que algunos del ‘Local Management’ van sacando pecho por las calles de Valencia por el fichaje de Carlos Corberán en diciembre, y querrán que pensemos que la temporada dio el pistoletazo de salida el 3 de enero, que fue el estreno del técnico de Cheste en Mestalla. Desgraciadamente para ellos, el valencianismo tiene memoria y no olvida lo de la primera vuelta de competición, que en este artículo voy a intentar recordar.
La gente ni puede ni debe dejar a un lado lo que se sufrió desde el mes de agosto, donde el Valencia, nuevamente por una pésima gestión, fue agonizando cada jornada y deambulando por España sin salir en ningún momento de la cola de la clasificación de LaLiga. Mestalla tiene que echar la vista atrás y ser consciente de que sus ojos vieron al peor equipo de toda nuestra historia, consiguiendo 12 de 57 puntos posibles.
Un equipo que era incapaz de ganar dos partidos seguidos, de competir fuera de casa -ya no digo sumar tres puntos- y con jugadores que el mayor regalo que les brindó la vida fue ponerse un minuto la legendaria camiseta del Valencia CF y pisar Mestalla. Aunque todavía sigo sin conocer el motivo, Corona saca pecho de la temporada teniendo que dar salida a tres jugadores que fichó en verano y que en enero tuvo que lanzarlos por la gatera, pasando sin pena ni gloria por la capital del Turia.
Todo eso lo ha visto y vivido Mestalla en sus propias carnes, pero también una gran segunda vuelta con un trabajo sensacional de Carlos Corberán y su cuerpo técnico, a pesar del ‘Local Management’. Sin embargo, el milagro no se dio y el Valencia se queda fuera de Europa por sexto año consecutivo. Evidenciando la decadencia y el lastre que supone Peter Lim para una entidad centenaria e histórica que ve cómo pasan los años y le siguen adelantando por la derecha y con el codo por la ventanilla clubes que jamás hubiéramos imaginado. Llegando incluso a desaparecer de ránkings donde hace unas temporadas aparecías en las primeras posiciones, evidentemente antes de la llegada del mandatario singapurense.
La mediocridad es tal que el valencianismo ya tiene asumido que sus mejores jugadores van a abandonar el barco. No sé si la gente se dio cuenta, pero este domingo en Mestalla se despidió tu portero titular (Mamardashvili), tu centrocampista (Enzo) y tu delantero (Sadiq), tres piezas clave en la segunda vuelta para que hoy el Valencia no sea equipo de segunda división. Ni un intento de retenerlos, ni mucho menos un intento de comprarlos.
Por no contar que canteranos con una proyección exquisita como Javi Guerra o Mosquera, también titulares y fijos para Corberán, son los que pueden partir hacia nuevos proyectos en los próximos meses. Y no es inventarse las cosas, el de Gilet estuvo a un AVE de ser jugador del Atlético de Madrid durante el verano de 2024 y Mosquera acaba contrato en 2026, por lo que si quieres sacar rédito económico, este verano es el de su venta.
Lo que más me entristece es que Mestalla haya cedido a las calamidades más profundas de Meriton y los esbirros del palco presidencial. Quién te ha visto y quién te ve, viejo y fiel amigo. Aunque es cierto que fue un día «emotivo» por despedir a algunos jugadores por el trabajo realizado con la camiseta che, Cañizares o Albelda se deben estar retorciendo de dolor en sus sofás viendo las imágenes, la afición no sacó un pañuelo ni silbó a los dirigentes. Miras la clasificación y ves al equipo duodécimo (posición Meriton). No entiendo nada.
En fin, que la historia se repite y Peter Lim sigue siendo el mayor fraude que ha pasado por la ciudad de Valencia y el principal problema que tiene esta entidad. Seis años seguidos sin Europa, 1.900 días sin jugar un partido en competición europea y desaparecidos del ránking UEFA. Solo pido que deje de fastidiar la vida a miles y miles de valencianistas y desaparezca, igual que lo ha hecho Europa para el Valencia CF.
