El Levante FS se lleva los tres puntos de Murcia con una brillante remontada ante un combativo Pozo en una locura de partido. Un marcador 5-6 para los visitantes que reflejo el partidazo decidido en los últimos compases.
El líder es líder por algo. No es una casualidad que, con cinco jornadas disputadas ya, el Levante haya vencido y doblegado a sus rivales. Con este partido se representa el estado del equipo, sus aptitudes y defectos, pero sobre todo, las aspiraciones a las que opta. Lo que vivimos hoy en Murcia es el punto de inflexión que todos los competidores necesitan para creer en lo más grande. El resultado demuestra que, pese a la racha que arrastraba el Pozo, los dos conjuntos nos han demostrado que hay calidad de sobra en esta liga para que sea reconocida como una de las más importantes del mundo, gracias a jugadores como Santana o el protagonista de hoy, Rivillos.
Los primeros minutos fueron un dominio total del Levante, que salió mejor plantado al partido. Con muchos toques detrás y asegurando la posesión, los visitantes desquiciaron al conjunto charcutero. Por ende, la primera que tuvieron los blaugrana en el 2′ se convirtió en el 0-1 gracias a un perfecto contraataque ejecutado por la maestría de Rivillos, MVP del choque, y finalizado con un buen disparo de Maxi Rescia. El inicio fue perfecto, dándole la responsabilidad y tensión de tener que remontar a los locales. Los granotas no se encogieron y la presión alta provocó que los rivales fuesen incapaces de crear peligro hasta los últimos tramos del partido. Las sensaciones eran totalmente contrarias, hecho que se reflejó en el marcador poco después. Una fantástica combinación de equipo en el 8′, donde participaron todos los futbolistas en pista, derivó en el gol a placer de Pedro Toro, donde Juanjo no pudo hacer nada.
Los dos goles de diferencia eran una barrera psicológica que acechaba a los de Diego Giustozzi. Conforme pasaban los minutos, los locales iban acercándose cada vez más a la puerta granota. A partir del ecuador del primer tiempo, el Pozo hizo un asedio a sus rivales pero tiro tras tiro se topaban con el mismo protagonista: Fede. El guardameta visitante desvió hasta 8 balones a lo largo de los primeros 20 minutos, convirtiéndose en el ángel de la guarda de los suyos. Leo Santana fue la referencia arriba del Pozo, llegando a tener dos oportunidades muy claras en el 16′ y 19′ que se encontraron con el muro blaugrana. El partido se rompía y el Levante encontraba huecos, pero no conseguía finalizar correctamente las ocasiones que se presentaban. Así pues, el pitido final simbolizó una tregua que continuaría como acabó la primera parte.
Maxi disputando un balón.
EL ÉXTASIS DE LA SEGUNDA PARTE
Los compases iniciales de los segundos 20 minutos continuaron con la sumisión local a los granotas. Leo Santana y Salas Cholo fueron los que llevaron los galones en ataque y, a los dos minutos de la reanudación, el Pozo recortó distancias. El choque era un monólogo rojillo, pero tras el saque de un córner, Rivillos sacaba un tiro lejano que rebotaba en un defensor y acababa en las redes de la meta de Juanjo. Un 3-1 que ponía al Levante con una ventaja mental que se hizo notar. Pese a ello, el partido se durmió y, tras una serie de rebotes, Salas Cholo puso el 3-2 para volver a revivir a su equipo. En este momento, el duelo se puso más igualado y bonito que nunca, hasta que comenzó la polémica.
El Pozo dominaba la posesión, así que Diego Ríos decidió a 12 minutos del final colocar al 5º jugador, jugando con Rubi como portero-jugador. Los papeles se cambiaron con esta acción técnica, siendo los visitantes los que controlaban el choque pero concediendo riesgos detrás. Todo parecía ir estable cuando el Pozo robo un balón a Rivillos con una clara falta al borde del área rival que el árbitro no vio, dejando solo ante la portería vacía a Cholo para poner el empate. El partido ya estaba caliente cuando, medio minuto después, el mismo Rivillos era derribado claramente en su campo por una patada de Santana, pero el colegiado parecía estar en otro pabellón cuando sucedió la acción porque no señaló nada, completándose la jugada con el tanto que ponía por delante a los locales.
Los levantinistas, fuera de sí, veían incrédulos cómo se les estaba escapando el partido que tenían dominado gracias a factores externos. Diego Ríos seguía confiando en el 5º jugador, pero una pérdida en el centro del campo volvía a castigarlos. 5-3 y 4 minutos para acabar el encuentro. Antes de hacer el saque de reanudación, el míster blaugrana charló con sus jugadores y les indicó que, con calma y un juego sencillo, se podía lograr el milagro. El planteamiento se aplicó en el parqué y, en el 38′ Roger ponía el primer granito de arena del milagro. Los jugadores confiaron en las palabras del técnico, siguiendo insistiendo en las tácticas ordenadas y, con una genial jugada en la zona de 3/4 rival, Araça hizo justicia en el marcador. 5-5 y 40 segundos por delante. El Pozo pidió tiempo muerto para reorganizar sus filas y buscar el tanto definitivo, pero con la reanudación y el portero-jugador en pista, un malentendido en mitad de cancha le dejó el balón perfecto para que Esteban culminase la gran gesta. 5-6 y sin posibilidad de reacción del rival.
El triple pitido final reflejó el estado de ánimo que viven ambos equipos. Todo el banquillo del Levante saltó a la cancha para celebrar su quinto triunfo consecutivo en liga, el pleno de vitorias que sus rivales ansían; mientras que los jugadores del Pozo caían abatidos en el parqué. Al final, el líder demuestra que no está ahí eventualmente y no va a ser un suspiro de éxito en esta liga. Este Levante va muy enserio y ha llegado para quedarse.