Con un ambiente frío llegaba la vuelta de los octavos de Copa del Rey en el Ciutat y pronto se tornó siberiano.
El Espanyol dio un par de avisos de inicio, demostrando que no venían de paseo. Contestó a los ocho minutos Jason con un buen disparo que se marchó un poco alto. Nano, por su parte, se mostraba incisivo. La incidencia de los delanteros será vital en el tramo final de la campaña, por lo que siempre se pone el foco sobre el frente de ataque granota.
Antes de llegar al primer cuarto de hora, en una jugada impropia y que no se puede entender en un envite con tanto en juego, un balón en largo para el brasileño Leo Baptistao, con la zaga local en la línea separadora de ambos campos, no fue desaprovechado por el sudamericano, que recorrió un buen trecho en solitario para picar la bola por encima de Raúl. Un jarro de agua fría y que metía en apuros a los de Muñiz.
Se fue rehaciendo bien el cuadro levantinista a pesar del ‘palo’ recibido. Llevaba el peso del juego, abría a bandas y sólo faltaba finiquitar alguna oportunidad. En cambio, casi llega el segundo de los periquitos, en una buena combinación entre Jurado, Leo y la postrera culminación contra el poste de Gerard. Nuevamente los defensores no digieren bien las carreras de 30 metros hacia la meta propia, con tanto espacio a la espalda descubierto.
Verbena defensiva
Y como olía a chamusquina tras el zambombazo de Gerard, el propio ariete catalán firmó el segundo para incendiar la eliminatoria, en una jugada llena de imprecisiones y desajustes defensivos en la que la pelota se le quedó pintiparada para anotar. Desastre y verbena de primera parte.
Para competir en el más alto nivel no se puede conceder tantísimo, ni jugar con una línea defensiva que tenga que recular medio campo contra unos delanteros veloces y mortíferos como Leo Baptistao y Gerard. El Levante compareció en este partido exponiéndose demasiado, pese a llevar una renta tan cómoda. Demasiada valentía cuando el choque reclamaba más contemporización. Las sensaciones no son buenas y se ha perdido, hace mucho además, el valor añadido de jugar en el propio feudo. Es una ansiedad extra.
Muñiz necesitaba aplicar rápidamente soluciones para arreglar el desastre. Doble cambio para dar cabida a Ivi y a Boateng.
En una buena acción por banda izquierda de los levantinistas, Jason concluyó la acción con un remate de cabeza al larguero. Merecía bastante más el testarazo del interior levantinista. Los nervios atenazaban a todos.
Morales reactivó al equipo y era algo por lo menos a lo que agarrarse. Mostraba ganas y garra.
Baptistao tuvo el el tercero a los 70 minutos, pero primero no controló bien y luego chutó cruzado.
Los minutos pasaban y no había convicción. Sin ideas y sin gol.
Ficha técnica:
Levante UD: Raúl, Toño, Shaq, Cabaco, Chema, Campaña, Bardhi, Lukic (Morales 63′), Samu (46′ Ivi), Jason, Nano (46′ Boateng).
Espanyol: Diego López, Navarro, Naldo, Dídac, Hermoso, Jurado (Darder 83′), Javi Fuego, Gerard, Leo Baptistao (Sergio García 78′), Granero, David López.
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Javi Fuego, Lukic, Boateng.
Goles: (0-1 Leo Baptistao 13’), (0-2 Gerard 33’).
9978 espectadores.