Era el día. La Fuente de San Luís se preparaba para vivir una jornada de finales (femenina y masculina) que no defraudaría
Juan Lebrón/Alejandro Galán vs Sanyo Gutiérrez/Agustin Tapia 6-2/5-7/3.6
Se daban cita la pareja número tres del mundo frente a los actuales números uno del mundo. Choque de estilos, una vez más, entre los dos binomios con mayor número de finales a sus espaldas en lo que llevamos de año. Los argentinos buscaban su cuarto título de la temporada mientras que los de Amat pretendían continuar la racha de títulos con el último Máster de Valladolid.
Ya en la primera manga y con una alta tensión desde el inicio, Lebrón y Galán conseguían dos break para ponerse 4-2 arriba. En frente, unos Sanyo y Tapia a los que no les llegaba la reacción necesaria para poner tierra de por medio. La primera manga iba a terminar 6-2 para los N1 que en un ejercicio de dominio y constancia iban a llevársela.
La segunda manga iba a tener otro guión distinto. La igualdad marcaba el partido hasta que, con un 3-3, el gaditano y el madrileño conseguían otro break para colocarse 5-3 arriba.
Iban a tener la oportunidad de llevarse el título sacando, pero si por algo se caracterizan también Sanyo y Tapia es por no dar una bola por perdida bajo ningún concepto. Así iban a comenzar una remontada que les llevaría a poner el 5-5.
Con una Fonteta encendida y los dos banquillos, Crosetti y Amat, prendidos, se llegaba a un undécimo juego que ganarían los argentinos y harían bueno para colocar el 5-7 en el marcador. Todo por decidir en la última y definitiva tercera manga.
El público valenciano estaba vibrando con cada golpe, con cada jugada. Se llegaban a ver puntos de bellísima factura y los aficionados no sabían bien qué iba a terminar ocurriendo al final del partido.
Se llegaría al 4-4 y justo en el saque de los 1 para poner el 5-5 Sanyo y el Mozart de Catamarca iban a quebrar el servicio de sus rivales.
Conseguían así su cuarto título del año en una tierra en la que Sanyo repite corona, tras ganar el año pasado con Fernando Belasteguín, y en la que Tapia se estrena por primera vez.