Los valencianos se hacen con el primer partido de Playoff (84-54).
En el último encuentro disputado entre los dos combinados, el Cajasol hizo tambalear la Fonteta al forzar una prórroga (88-88) en la que acabaron sucumbiendo ante la calidad taronja (104-93). En esta ocasión los sevillanos duraron hasta que el cuerpo aguantó. La exigencia física que supone medirse a un rival como el Valencia Basket fue determinante para la victoria de los de Perasovic en un partido de dos caras.
Defensa Sevillana
Los hombres de Aíto le compitieron de tú a tú al Valencia Basket, con una solidez defensiva que trabó el juego local. Asfixiados por la defensa individual, les costó mucho a los valencianos sentirse cómodos en ataque donde no conseguían circular el balón con fluidez y en cada penetración se topaban ante un muro inquebrantable de tres hombres en el que pocas veces se encontraba algún resquicio para el pase interior.
Pero el Cajasol, tras una primera parte digna de admirar, no pudo reponerse del desgaste sufrido, momento en el que los taronja, que cuando huelen sangre no perdonan, rompieron definitivamente el encuentro.
Despertar taronja
El final del tercer cuarto, cuando las fuerzas sevillanas flaquearon, se empezó a ver al equipo al que Peras nos ha acostumbrado, con un juego mucho más dinámico y alegre liderado por un Sam Van Rossom enchufado. Lo que acabó por hundir completamente a un Cajasol impotente en defensa y con pocas oportunidades en ataque.
Sin fuelle y con los brazos bajados, el campo se le hizo mucho más grande a los valencianos en un último periodo en el que pudieron correr al contraataque. Con una mayor libertad ofensiva se dejaron ver también jugadores como Pau Ribas, Lucic o Lishchuk.
