El Mestalla cerró la temporada regular con una derrota que dolió más por las circunstancias que por el marcador. El Sabadell, más sólido desde el primer minuto, se llevó del Antonio Puchades una victoria clara por 0-3 que le coloca en los puestos de play-off, mientras que el filial valencianista se despide de la competición a las puertas del ascenso.
El inicio fue un golpe directo al ánimo local. Apenas arrancaba el partido cuando Sergio Cortés sorprendió desde la frontal y colocó el balón lejos del alcance de Vicent Abril. El Mestalla, lejos de venirse abajo, trató de recomponerse. Se hizo con el balón, empujó al rival hacia atrás y generó varias situaciones en el área, algunas con polémica incluida. Se reclamaron dos posibles penaltis sobre Andrés Caro y Lucas Núñez, pero el árbitro no vio nada punible. La tensión creció con el paso de los minutos ante las reiteradas faltas del conjunto visitante y la permisividad del colegiado.
La segunda mitad se torció del todo en cuanto comenzó. Pedro Alemañ fue expulsado con roja directa por una acción discutida, dejando al Mestalla con diez durante toda la segunda parte. Fue un mazazo difícil de digerir. Angulo intentó agitar el partido con cambios ofensivos, dando entrada a Martín Tejón, David Otorbi y Marco Camus. Pero con un jugador menos y el reloj en contra, cada pérdida pesaba el doble.
Miguelete aprovechó una contra para firmar el segundo del Sabadell con un disparo ajustado que dejó sin respuesta a Abril. A pesar de todo, el Mestalla no se rindió. Warren Madrigal tuvo la más clara: se plantó solo ante el portero y su disparo fue al larguero. El rechace quedó muerto, pero fue derribado sin que el colegiado considerara penalti la acción.
Los últimos minutos fueron un intento a la desesperada por acortar distancias, pero el desgaste físico y la inferioridad numérica pasaron factura. En el descuento, Javi Delgado sentenció el duelo con el tercero. Así, el Sabadell se aseguró su plaza en el play-off con 56 puntos, mientras que el Mestalla se quedó en la sexta posición con 53, viendo cómo se esfumaba la posibilidad de luchar por el ascenso.
