Al más puro estilo de ‘Twist and Shout’, uno de los clásicos de nuestros siempre venerados Beatles, el Levante finiquitó en Elche el primer sexto de competición con unos números de escándalo. Guarismos de éxito garantizado que, tumbado ahora bajo un férreo cielo que amenaza tormenta, me encajan perfectamente con una de las frases de la popular canción de la banda británica: “Youknowyou look so good”.
Y tanto que tiene buena pinta este equipo. Lógica y coherencia: estos chicos hacen lo que saben y saben lo que hacen.
Muñiz decidió rotar en el Martínez Valero y lo hizo con un criterio incontestable, hecho que ya a pocos sorprende en Orriols. Montañés justificó nuevamente su llegada con una actuación que, si bien no estuvo repleta de acierto y precisión, no escatimó en intensidad ni sacrificio. Por derecha, por izquierda, ayudando a los laterales y apoyando además al centro del campo. Sobresaliente.
Sin embargo, el extremo castellonense no fue la única novedad del once inicial. Iván López volvió a enfundarse una elástica que le era esquiva desde la fatídica eliminación copera en Cádiz. Sus molestias físicas, sumadas al buen momento de Pedro López, le han relegado a un papel secundario en el perfil diestro de la retaguardia azulgrana. Pese a que no aguantó los noventa minutos, el aprobado se lo ganó con creces.
Precisamente, el centro de la defensa era otro de los puntos calientes en esa previa de partido en la que el ritual de conocer el anuncio oficial de la alineación se sintetiza en actualizar a la mayor brevedad posible Twitter, centro neurálgico de la información.La ausencia de Postigo obligó al entrenador gijonés a tomar una decisión que, en esta ocasión, sí que sorprendió a la gran mayoría. Róber Pier fue el elegido como pareja de Chema en el eje de la zaga y, para alegría absoluta de todos y cada uno de los levantinistas, rubricó un excelente partido en el que puso de manifiesto todo el elenco de virtudes que le llevó a aterrizar en el Ciutat de València este pasado verano procedente del Fabril.
Imparables
A un elevado porcentaje de amantes de la historia nos apasiona, por costumbre, leer sobre Roma y toda la evolución de un Imperio que forjó su propia leyenda. Marco Antonio, Augusto y Lépido constituyeron el segundo y último triunvirato romano. Tres hombres condenados a entenderse y cuyo poder era abrumador, total y absoluto. Un tiempo de paz y descanso, de equilibrio y ajuste, que los Insa, Campaña y Espinosa han trasladado a un terreno de juego. El verde es su imperio y ahí, a ras de césped, su jerarquía y conexión se eleva por encima de cualquier rival que ose cuestionar su estatus.
Natxo es el auténtico motor de este equipo. Su suplencia ante el Sevilla Atlético se hizo notar durante los primeros sesenta minutos de partido. Jefferson no es un ‘seis’ y todos lo sabemos, incluso él mismo. Una vez reestablecido el orden, las aguas volvieron a su cauce. Con Campaña y Espinosa flanqueando por izquierda y derecha, la ecuación encuentra una solución exacta y precisa a la que tratarán de sumarse dos nuevas variables como Lerma y Verza, cuyos papeles han fluctuado en sentido inverso desde los primeros días de la pretemporada.
Este maravilloso cocktail remata su preparación con dos ingredientes indispensables. Raúl Fernández, pese a manifestar algunas dudas en un par de acciones aéreas, volvió a dar muestras de seguridad, confianza y sobriedad.
Roger Martí, por su parte, sigue en una línea impecable de trabajo que, en compañía de unos registros goleadores que convierten a los arietes en esclavos de ellos mismos, está poniendo la guinda a un pastel que tiene tanto un aspecto como un paladar deliciosos. Vayan haciendo boca que el siguiente plato está a puntito de servirse.
