La madre de todas las batallas. Así se presenta el Mayweather-Pacquiao del mes de Mayo. El combate entre el norteamericano y el filipino es ya histórico antes de celebrarse. Durante años se ha intentado el enfrentamiento entre los dos mejores púgiles de los últimos lustros y por fin se llega a la contienda decisiva. Libra por libra y golpe por golpe.
El héroe tagalo es una institución en el país asiático. A todos los niveles es la referencia del antiguo territorio español, hasta finales del Siglo XIX. Su modo de luchar es rápido, con constantes golpes certeros y vertiginosos, que van minando el potencial del adversario hasta socavar su resistencia. Es un constante golpeteo que termina por desquiciar al contrincante y le vence por acoso y derribo.
Por su lado el carismático estadounidense es un espectáculo en el sentido yanqui del término. Está en todas las salsas y los problemas siempre le acechan. Ha aparecido en todo tipo de shows americanos de televisión, como la lucha libre, magazines, actuaciones musicales…
Su manera de luchar es más granítica y contundente que la del boxeador oriental; está invicto en su carrera, aunque hay un combate que quedó un poco con la interrogante. Es muy duro y provoca al rival por todos los medios. También es muy rápido y constante.
Los aficionados llevan años esperando este choque de trenes. Los grandes pesos, desde la marcha de Mike Tyson del escaparate mundial, han quedado con buenos elementos pero faltos del enganche con la masa. Sin embargo, los dos que se enfrentan en Mayo son un exponente del viejo boxeo. Los Ali, Foreman, Frazier, Lewis en los pesados o los ‘Macho’ Camacho, ‘Mano de Piedra’ Durán, Chávez, De la Hoya. Sugar Ray Leonard, Robinson…
Un auténtico espectáculo planetario y una de las citas del año sin duda.
