El Valencia CF ha hecho oficial el nombramiento de Ron Gourlay como nuevo CEO de Fútbol del club. Un movimiento que, sobre el papel, representa una apuesta por la profesionalización de la estructura deportiva, pero que llega en un contexto de evidente desafección entre la afición y la propiedad. No es un nombramiento cualquiera, pero tampoco una solución mágica.
Gourlay, ejecutivo escocés con una larga trayectoria en clubes como Manchester United, Chelsea o West Bromwich, asume el cargo con el objetivo de reforzar el área deportiva del club. Su bagaje es indiscutible: estuvo al frente del Chelsea en su etapa más laureada, con títulos de Champions y Premier League, y más recientemente coincidió con Carlos Corberán en el WBA, con quien vuelve a coincidir ahora en Mestalla.
Sin embargo, su llegada se produce en un clima que dista mucho del entusiasmo. Porque en Valencia las noticias que llegan desde los despachos de Singapur ya no generan ilusión, sino una mezcla de escepticismo, cansancio y precaución. El valencianismo, tras años de inestabilidad institucional y decisiones difíciles de justificar, observa los movimientos de Meriton con la misma pregunta de siempre: ¿esto es por el bien del club… o por el control del proyecto?
Pese a todo, el contexto parece haber cambiado ligeramente. La figura de Kiat Lim, hijo de Peter Lim y cada vez más presente en las decisiones ejecutivas, ha traído consigo la recuperación de estructuras que durante años fueron desmanteladas. Con Gourlay se recupera la figura del CEO, ausente desde la marcha de Anil Murthy. Parece, y subrayamos, parece, que se busca dotar al club de una dirección deportiva más profesionalizada y menos dependiente del día a día de Lim desde Asia.
La duda razonable, sin embargo, sigue sobrevolando el ambiente: ¿tendrá Gourlay capacidad real de decisión? ¿O será, como otros antes, una figura decorativa en un organigrama controlado desde lejos?
El reto, ahora, es claro: construir un Valencia que no solo compita, sino que recupere algo que lleva tiempo perdido. Identidad. Coherencia. Sentido de pertenencia. Y para eso, la experiencia de Gourlay será necesaria, pero no suficiente. El valencianismo ya no se conforma con palabras. Quiere hechos. Quiere dirección. Quiere que el Valencia vuelva a ser el Valencia.
COMUNICADO OFICIAL | RON GOURLAY, NOMBRADO NUEVO CEO DE FÚTBOL DEL VALENCIA CF#ADNVCF
— Valencia CF (@valenciacf) May 29, 2025