Se acaba el año futbolístico para el Levante Unión Deportiva, en una edición liguera que no ha cumplido nada de los presupuestado y el cuadro levantinista desciende a Segunda, como colista de Primera.
Hasta el último día se han repetido los mismos errores y se ha hecho un mal partido de visitante en Vallecas, como corolario del desastre 2015-16.
Se ha fallado en muchas parcelas y el año es para olvidar. Ahora pasa todo por una regeneración y un cambio de chip para una Liga en la categoría de plata, eterna con 42 jornadas para retornar a la máxima categoría.
La plantilla va a cambiar sustancialmente y la manera de enfocar el nuevo curso. La parcela deportiva y el puesto de entrenador faltan por concretarse, pero hay tiempo para perfilar el futuro.
Con el cambio del nivel de ingresos para estos años en Primera, es perentorio volver a la primera. No se puede fallar otro año más.