Valencia Basket vuelve a la dinámica con la que nos dejó mal sabor de boca hace unas semanas en la Liga Endesa para encajar su tercera derrota (66-71) en los cinco primeros partidos ligueros. Hasta 23 pérdidas de balón en un encuentro con más errores que aciertos, con una preocupante falta de intensidad de algunos jugadores, a diferencia de lo que se puede ver en Euroliga. Con un inicio de partido que encaminaba la victoria, los taronja desperdiciaron su ventaja antes de acabar el primer cuarto.
Valencia comienza de la mejor forma posible, con una marcha más que el Unicaja, con un 14-4 de parcial -9 puntos de Prepelic-. El esloveno se mostraba muy cómodo en el manejo de balón, distribución para tiros liberados y en anotación con creación propia de tiros, obligando a Luis Casimiro a mover ficha y a incorporar a Brizuela desde el banquillo. Aunque fuera por cuestiones de rotación, no se llegó a entender el primer movimiento de Ponsarnau, en el que cambiaba a Hermannsson por Prepelic, timón del gran comienzo del equipo. De todos modos, el islandés anotó un triple nada más entrar. Los tiros de tres liberados de Abromaitis y Bouteille, con tres consecutivos, recortaron la diferencia a dos puntos y, en ese instante, comenzó el declive de los taronja. Valencia Basket no supo mantener la renta ganada en los primeros compases.
Dos minutos descafeinados con desacierto de ambos equipos daban entrada al segundo cuarto, una estampa muy distinta a la que se dio en el primero. Los cajistas, desde la defensa, consiguieron ponerse por delante en el marcador, mientras que los de Ponsarnau comenzaron a tener problemas con las pérdidas de balón. Solamente 4 puntos en 5 minutos y medio para los taronja. La intensidad de Dubljevic bajo los tableros, lo mejor del cuadro valenciano en este tramo de imprecisión. Bajísima anotación en el segundo cuarto (13-10) y 33-28 al descanso.
Los errores de la primera mitad se volvían a repetir tras la vuelta de los vestuarios. Abromaitis anotaba a placer desde el triple -acabó la noche con 20 puntos– y la inseguridad en ataque no generaba ofensivas claras. Los tiros libres de Kalinic y sus acciones en el poste bajo mantenían a los taronja por delante. El partido quedaba en tierra de nadie y solo los minutos finales decidirían el ganador. Nzosa, de 16 años dejó detalles espectaculares en defensa, con robos y tapones importantes para los de Málaga.
Un Valencia Basket venido a menos contrastaba con la dinámica al alza del Unicaja. Los de Luis Casimiro, pese a estar igualados en el marcador constantemente, mostraban mucha más convicción, mientras que los errores del Valencia le estaban costando caro. Hasta 23 pérdidas de balón de los locales. Sin embargo, destacar la defensa de Unicaja, liderada por Alberto Díaz -con 7 recuperaciones- y de Yannick Nzosa, con 4 tapones. En los dos últimos tres minutos los de Ponsarnau solo consiguieron anotar una canasta y dejaron escapar un partido que tuvieron encaminado al comienzo, dando a Unicaja su máxima diferencia en todo el partido, con 5 puntos. 66-71.
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