El conjunto de Muñiz aguantó casi una hora con un jugador menos hasta la expulsión de Munir. Un error en la marca de Jefferson Lerma permitió a Laguardia anotar el único gol del encuentro
El Levante se trae a casa una nueva derrota, después de un gran partido ante un rival que solo pudo marcar tras un despiste en el descuento. El resultado inesperado de Las Palmas ante el FC Barcelona hace que los insulares empaten a 20 puntos con los granotas y ponga la lucha por el descenso más encarnizada aún si cabe . Volvió el 4-5-1 de Muñiz con Cabaco como central, Pedro López en el lateral, el retorno de Campaña y Lukic en el mediocampo, y Roger en punta de ataque. Avisó primero el Alavés con una gran ocasión de Munir finalizado con un remate en fuera de juego de John Guidetti. No tardó en responder el Levante. Bien plantado y sin sufrir en los primeros compases del encuentro, y viendo retales de ese equipo que sumó 9 puntos en las primeras 5 jornadas.
El único error de bulto de la defensa tuvo nombres y apellidos. Chema Rodríguez. Un mal control en un balón bombeado permitió robar a Pedraza y cometer una pena máxima sobre el jugador albiazul. Penalti infantil y expulsión-algo exagerada-. Los astros se aliaron para que Manu García cruzara en exceso el lanzamiento y no materializara el lanzamiento desde los once metros. En ese momento, en el que parecía que el equipo se iba a hundir definitivamente, Muñiz salió al rescate. Si, Muñiz. El tan cuestionado entrenador- por resultados es merecido- supo leer las necesidades del partido y retiro a Campaña buscando el mayor equilibrio posible.
Hasta el descanso, el Levante no sufrió en exceso a pesar de estar con uno menos. La solidaridad manifiesta impidió al Alavés, a través de Munir, llegar a los metros finales con peligro. Ya en la segunda parte, el conjunto levantino se desperezó un poco más en ataque por la exhibición de Cabaco en la fase defensiva y estuvo cerca de abrir el marcador. Un zapatazo de Ivi de libre directo impactó en la madera de un sorprendido Pacheco
Consciente de que, quizá había perjudicado a los visitantes, Fernández Borbalán expulsó al hombre que estaba haciendo más daño. Munir vio la segunda amarilla tras simular supuestamente una caída en el área. Minutos antes, Oier Olazábal desbarató las oportunidades de Pina y Rubén Sobrino. Aún así y con la igualdad númerica, el Alavés sometió a un Levante que no se dejó amedrentar. Erick Cabaco, Oier Olazábal y Morales fueron los más destacados por su trabajo. El uruguayo, fiel a su carácter canchero, protagonizó cada acción defensiva erigiéndose así el héroe en la linea de cuatro. El cancerbero tiraba al traste cualquier oportunidad vitoriana y Morales intentaba aprovechar cualquier espacio.
Sin embargo, el trabajo de estos hombres y de todo el equipo se fue al traste cuando el partido llegaba a sus instantes finales. Ibai centró y Laguardia lo remató tras entrar como una locomotora aprovechando el único despiste de Lerma. Una derrota inmerecida a lo expuesto durante los 90 minutos en el estadio de Mendizorrotza.
