lunes, mayo 13, 2024
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Ascensión al Pic du Midi d’Ossau

Tiempo de lectura: 14 minutos
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El “Midi” es uno de los “grandes” de los Pirineos a pesar de no ser «un 3.000», se queda en 2.884 metros de altitud. Pero su particular formación y estructura agreste y vertical, se trata de un antiguo volcán, lo convierte en una de las principales «azañas pirenaicas» para cualquier montañista. El «Midi» ofrece un desafio deportivo a cualquier alpinista, con sus empinadas y escarpadas laderas mientras que regala a los amantes de la montaña sus vistas impresionantes durante todo el recorrido (al ser un cono volcánico está “aislado” del resto de los macizos montañosos y te permite unas vistas que no te permiten otras montañas de Los Pirineos mientras las asciendes).

Subir el Midi d´Ossau no es una actividad para cualquiera, hay que tener ciertos conocimientos técnicos de montaña porque se debe subir, y lo que es más difícil, bajar tres chimeneas de la que la más difícil es la primera y la más fácil la tercera, en ascensión.  Es una actividad en la que hay que tener un estado físico entrenado, no apto para sedentarios y sobre todo para los que tengan miedo a las exposiciones porque las hay y en muchas ocasiones.

¡Comenzamos!

EL Midi d´Ossau es uno de los vestigios de un antiguo volcán, el volcán d´Ossau, formado hace 278 millones de años.  El colapso del techo del vocán condujo a la creación de una caldera anillo circular. El pico piramidal que surgió de la caldera se alzó en el proceso de compresión, durante la formación de los Pirineos, hace 40 millones de años.  Silver (el director de nostresport, José Luis Silvestre) y yo durante bastante tiempo estuvimos hablando que algún día teníamos que hacer “el Midi”. 

Como alpinistas Silver y yo ya veníamos de haber hecho algunos 3000 juntos, Garbo Negro, Infiernos, Aneto o Vignemale entre otros y “el Midi” nos reclamaba y alzaba su mano para ser conquistado.  Así que con tan solo 24-48h hicimos un “pensat i fet” y nos lanzamos a su conquista. Fue durante el primer fin de semana de septiembre 2023, en el que se preveía la llegada de una DANA que descargaría por toda la península Ibérica y Baleares así que decidimos ir justamente el día antes de su llegada, programando la ascensión para el viernes 1 de septiembre. Previamente iba ojeando las diferentes previsiones meterológicas y la expedición parecía factible, pero habria que madrugar mucho para acabar antes la llegada de la DANA por la tarde del propio viernes y nos cayera encima un gran chaparrón.  Era arriesgado, pero decidimos tirar para adelante.

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Salimos el jueves 31 de agosto de València para hacer noche en Formigal, a apenas 10-15 minutos del punto de inicio de la actividad.  No obstante, el día previo y ya cuando estábamos en Formigal las previsiones meteorológicas cambiaron ligeramente y a nuestro favor, el inicio de las precipitaciones se retrasaba a la madrugada, por lo que en verano que los días son largos, nos permitió no tener que madrugar muchísimos y descansar del largo viaje desde València.

Así pues, dejamos el coche en el parking justo cruzando a frontera del Collado de Portalet e iniciamos la marcha. 

Había leído justo hace unos días una noticia de un accidente en el Midi que habían publicado y aquí podéis leer por lo que fuimos muy sobrados de material de seguridad.  Ahora que ya la hemos hecho vemos que nos sobró más de la mitad de lo que llevamos y eso nos hizo cargar con mucho más peso, más cansancio y más tiempo que a su vez va en contra de tu seguridad. Si la volviera hacer no llevaría tanto material.

Material:

  • Cuerda de 60 metros
  • Tres Friends:  Rojo, amarillo y azul de Totem
  • Juego de fisureros pequeños
  • 1 cinta alargable
  • 2 cordinos de reunión
  • 3 cordinos para nudos Machard
  • Material individual: arnés, cabos de anclaje, reverso, casco, etc.

Vuelvo a mencionar que nos sobró más de la mitad pero decidí cargármelo por lo que leí justamente en el artículo y porque mi compi Silver no tiene formación en escalada ni en descensos.

El inicio de la ruta empieza justo en el parking, tomamos una pista en dirección oeste ligeramente en bajada. 

A nuestra derecha observamos el primer collado que tenemos que superar por un sendero muy bien delimitado.  Para no hacer mucha vuelta por esta pista, es preferible salirse (también está indicado), cruzar un río por algún paso fácil y tras subir la colina retomar la pista por lo que atajamos algo el camino.  La pista finalmente acaba en una casa/refugio de pastores con sus ovejas en ese momento guardadas al aire libre y vigilados por un bonito perro Mastín blanco. 

Desde ese momento tomamos un sendero bien delimitado y conservado que se empina para subir hasta el primer collado de Pombie. 

La subida a este collado es algo empinado pero fácil, subes zigzageando, un ascenso muy disfrutón por las bellas vistas hacia el sur que te ofrece.  Te das cuenta que vas ganando altura rápido porque el Collado de Portalet ya casi no lo percibes como tal y empiezas a ver vistas preciosas de la sierra de las pistas de Formigal con su carácterístico pico, el Anayet, otro volcán dormido frente a frente, como hermanos, del Midi. 

Una vez superamos el Collado de Pombie observamos ya en frente en todo su esplendor la imponente pared del Midi d´Ossau. Dada la verticalidad de sus paredes te planteas cómo diablos vamos a llegar allí arriba.  Continuamos una ligera bajada y nos encontramos con el Refugio de La Pombie, bello lugar con su ibón justo al lado y la gran pared en frente. 

Llevamos una hora y media de ruta y decidimos sin pausa continuar el camino.  Tras superar el refugio nos encontramos con una pedrera de un antiguo glaciar que tenemos que atravesar saltando de roca en roca, muy bien delimitada y fácil, e iniciamos un ligero ascenso por senda hasta llegar a un segundo collado.  Al llegar a este segundo collado tenemos que dejar el sendero que continua para seguir bajando el valle y alejarte de las montañas.  Decidimos antes de girar hacia la izquierda y coger el segundo sendero que ya nos dirige hacia las empinadas laderas, tomar un respiro, un poco de agua y una barrita energética que ahora es cuando realmente viene «lo interesante”. 

Primeramente tomamos este sendero girando a la izquierda que “crestea” este segundo collado hasta aproximarnos hasta el cono volcánico propiamente dicho.  Esta subida por este sendero es muy empinado pero fácil y sin exposición.  Una vez llegamos al cono volcánico ya se adivina lo que será nuestra primera dificultad, la primera chimenea. Así que antes de llegar a zonas más comprometidas, decidimos ponernos el casco, el arnés y seguir para adelante. 

Tras una primera trepada en donde ya ves que esto de ir por senderito cambia totalmente, llegamos a la base de la primera chimenea.  

Decido cargarme todo el material de escalada en mi arnés, desplegamos la cuerda y le enseño a Silver noción básica de utilizar el reverso. Entiendo que no es así como una persona empieza a manejar un reverso, lo ideal es hacerlo en un rocódromo por ejemplo, en un emplazamiento controlado y seguro, pero esta primera chimenea teóricamente se puede subir sin cuerda ni asegurar y tiene un grado III superior, muy asequible para mí, así que vamos para adelante. 

Esta chimenea tiene dos pasos, un pequeño escalón que se supera fácilmente si utilizas los buenos agarres y pies de a pared de la derecha.  Si solo te fijas en lo que tendrás en frente no encontraras buenos agarres.  No vi tampoco necesario meter algún cacharro de autoprotección.  Tras superar este escalón tienes un techo y una pared a la izquierda que tienes que escalar.  En esta pared hay un clavo y una clavija que sí aproveche para meter una cinta que no alargué.  Este paso es el más difícil de toda la ascensión al Midi que lo superas poniendo el pie en la clavija y para arriba hasta llegar a una terracita a la izquierda con una reunión montada en la pared.  Llego a la reunión y aseguro a mi compañero que sube de segundo, con alguna dificultad para superar el escalón y la pared de la clavija que finalmente supera.  En este punto nos encontramos con una pareja de alpinistas franceses que nos informan de cara a las siguientes chimeneas. En su opinión las dos restantes son más sencillas y considera que la segunda chimenea es mejor hacerla por el lado izquierdo.  Viendo las dificultades con la que Silver superó la primera chimenea se me pasó por la cabeza abortar misión en este punto, pero como le vi bastante decidido continuamos. 

Tras unas trepadas fáciles con algo de exposición llegamos rápidamente a la segunda chimenea sobre una gran repisa y por tanto muy fácil para comenzar la misma operación.  Desplegamos cuerda, nos atamos, y empiezo a subir de primero.  Recuerdo las indicaciones de la maja pareja francesa que fuera por la izquierda.  Veo una chimenea más o menos tumbada y una pared en frente.  Miro más a la izquierda y veo una pared donde hay muchísima exposición y hay que escalar.  No lo veo claro y me decido por la chimenea a la izquierda de la pared de enfrente de la repisa.  Mientras la subo me doy cuenta que es muy fácil, con muchos agarres y buenos pies.  A mitad veo a otra pareja de franceses que justamente lanzan la cuerda de una reunión a la derecha para rapelar por lo que me confirma que “el lado izquierdo fácil» era efectivamente por donde estaba yendo y el más difícil por donde la pareja de franceses estaban rapelando, mejor para Silver.  Lo que pasa es que la reunión está ocupada por el grupo de franceses con lo que monto una reunión con una gran roca y un coordino y le digo a Silver que suba.  En ese momento llega un guía francés con 8 clientes y se enfada conmigo recriminándome por qué no he utilizado la reunión ya montada.  Lo que él quería era bajar con sus clientes por donde nosotros estábamos subiendo y se tenía que esperar, de ahí su enfado.  Le expliqué que decidí montar yo una reunión porque la reunión equipada ya estaba siendo utilizada por otros.  Pero así son algunos guías desgraciadamente y más concretamente los franceses, que se creen que la montaña es suya.  Tras mandarle a la mierda literalmente y que Silver subiera sin problemas, guardamos la cuerda y continuamos el camino. 

Ahora toca una ligera travesía y en seguida ya nos metemos en la tercera y última chimenea.  En esta chimenea ni desplegamos cuerda, es muy sencilla y la subimos a pelo muy fácilmente.  Tiene unos escalones muy evidentes y buenos agarres.  Obviamente hay exposición, pero es solo hasta la repisa previa a la chimenea, si te caes es una buena hostia pero no caes decenas de metros como si pasa posteriormente.  Superada la tercera chimenea nos invade el optimismo, se supone hemos podido superar los pasos más técnicos de la ascensión.

A todo esto, las vistas son impresionantes mientras vas subiendo, empiezas a ver montañas conocidas y coronadas como el Balaitus o Los Infiernos.  Resulta bastante atípico poder disfrutar de tantas vistas en la mitad de una subida, sí desde la cumbre, pero el hecho de ascender un antiguo volcán hace que no haya montañas a su alrededor y nos ofrezca libre de obstáculos un hermoso espectáculo.

Superada la tercera chimenea seguimos medio trepando, medio andando hasta meternos ya en la cara norte de la montaña.  Hemos empezado por el este con sol, hasta meternos en la norte donde ya es todo sombra y aquí se pone nuevamente interesante.  Seguimos viendo algunos grupitos de franceses bajando, la mayoría con guías, mientras que nosotros, como buenos españoles, los que menos hemos madrugado, somos los últimos y continuamos ascendiendo. Lo bueno es que haremos cumbre solos, pero lo cierto es que en alta montaña siempre es mejor madrugar. 

Esta cara norte es la menos agreste de todas, la única posiblemente que no se tenga que escalar, pero eso no quiere decir que no haya que trepar, ¡y mucho!.  Nada más afrontarla nos encontramos con otra chimenea y yo pienso: “¿¿pero esto qué es?? ¿No se habían acabado?.  Mientras la subes no hay mucha dificultad pero empiezas a notar “patio” a tu espalda.  Ya veremos cómo nos apañamos para bajarlo… 

Seguimos con trepadas durante unos 45 minutos, sin parar, sin dificultad pero con exposición importante. Definitivamente esta ascensión no es apta para los que tengan vértigo

Finalmente la zona de trepadas se acaba justo en una cruz, pensé que sería la cima o algo parecido pero nada que ver con la realidad.  En ese punto finaliza la zona de trepadas y exposición y nos adentramos en otra parte de la montaña mucho más sencilla, sin exposición y que básicamente consiste en subir hacia arriba por un terreno ya desértico, predregoso y con múltiples variantes de caminos.  Aquí es donde empiezo a notar ya algo la altitud. Para un ser como yo acostumbrado a respirar a 10 metros de altitud, estar a 2500-2800 m se nota y solo andar con todo el peso que llevo (cuerda, y material) supone una odisea y noto como mi corazón se pone a mi 100%.  Este tramo, menos técnico, lo recorre mi compañero, Silver primero. Continuamos subiendo y realmente notamos el cansancio y agotamiento.  Como en otras muchas montañas crees divisar y alcanzar la cima en varios puntos para luego llegar y constatar que no, que todavía está un poco más lejos, con el desgaste físico y psicológico que conlleva, pero llegados a este punto ni se nos pasa por la cabeza abandonar, a pesar que vamos lentos, tarde y empieza a nublarse.  Me inquieta un poco el tiempo en ese momento, no en cuanto a horas de luz que íbamos sobrados, sino en que si se adelanta la DANA y nos pilla ahí en este fregado, con las chimeneas y los destrepes aún por realizar para bajar, sería ciertamente un gran problema. 

Finalmente llegamos a una zona con trazas de haber pernoctado vívacs y desde donde por fin vemos la “cima definitiva”. Solo hemos comido una barrita energética en el segundo collado y todavía teníamos unos bocatas y una napolitana de chocolate, así que decidimos tomarnos las napolitanas, que nos supieron a gloria, para seguir la última parte de la ascensión.  Dado que no veíamos a nadie detrás ni delante, decidimos dejar las cargadas mochilas y arneses y demás material aquí y finalizar la ascensión con los cascos solamente para arriba. 

Me encantan las cimas, por la oportunidad de sus vistas, por la emoción de que vas a conseguir un reto que tanto esfuerzo ha costado, y sí, en este caso la disfruté.  Tras unas trepadas fáciles aunque con un patio impresionante por unas escarpadas paredes que tienes alrededor, llegamos a la cima y nuestra alegría es inmensa.  A mi me gusta ver los picos de alrededor e identificarlos.  Algunos ya los he subido y para mí resulta bonito verlos desde otro punto de vista.  Sobre la cima del Midi me llamó la atención lo escarpado de sus paredes, literalmente en lo alto de un gran precipicio que te da la posibilidad de unas vistas impresionantes. 

El único “pero” es que la meteo se estaba poniendo cada vez peor y nos queda aún lo más difícil, el descenso que nos costará igual de tiempo o más que el ascenso.  La mayoría de los accidentes ocurren durante el descenso porque estamos más confiados, más cansados, y con ganas de llegar.  Yo esto lo tengo muy presente.

Después de las fotos de rigor, vamos bajando hasta la zona de víva, recuperamos las mochilas y nos tomamos la segunda barrita energética, dejamos los bocatas para después, si es que hay un después para ello, e iniciamos el descenso por la zona “fácil” de la montaña, bastante empinado pero sin expo y bajamos bien deprisita hasta que llegamos a la famosa cruz que nos indica donde empieza lo jodido de verdad, los destrepes. 

Yo iba primero indicando a Silver más o menos por donde ir, donde colocar los pies, las manos…. Pero no es un destrepe sencillo y mi compañero lo va superando con algo de sufrimiento, tiene que mejorar sus botas para que le ofrezcan un mejor agarre en este tipo de proyectos. A pesar de todo poco a poco vamos superando uno tras otro los diferentes destrepes en sombra.  Hay que decir que esta zona, aunque los destrepes no son demasiado complicados sí es una zona de mucha exposición por lo que una caída puede ser un problema importante.  Creo que considero este punto más peligroso que las chimeneas, porque al menos las chimeneas las bajas con cuerda y aquí no.  Tras un duro momento de los destrespes de la cara norte, que Silver baja muy tensionado, nos aproximamos hacia las chimeneas, la cara este de la montaña. 

La tercera chimenea es un destrepe en la línea de lo que veníamos haciendo en el descenso, la superamos y, tras caminar un poco, llegamos a la segunda chimenea.  Aquí el uso de cuerda es obligatorio para hacerlo con seguridad por más que tal vez haya gente que no la use.  Esta vez sí , obviamente usamos la reunión montada.  Decido que lo mejor para Silver es bajarlo en polea asegurándolo y posteriormente bajarlo rapelando.  Esta operación nos lleva bastante tiempo. Mi compañero no tiene demasiada experiencia, no es un entorno sencillo y hay que confiar en el material, hecho que a Silver le cuesta un poco, siempre cuesta superar el miedo a echarse para atrás al vacío, comprensible. Así que lentamente y con alguna dificultad pero finalmente lo conseguimos.  Por mi parte yo rapelo la chimenea sin problemas para descenderla y continuamos la marcha para llegar hasta la primera chimenea. 

Aquí repetimos nuevamente la misma operación anterior. Encuerdo a Silver y le bajo en polea hasta que llega a tierra firme y yo bajo en rapel.  Esta chimenea hace como una zeta y es más complicada para rapelar, pero cualquier persona con experiencia lo hará sin problemas. 

¡Y se acabó! Se acabó la expo, se acabó los destrepes, ya podemos guardar cascos, arnés y cuerdas a la mochila y bajar por el mismo sendero que habíamos utlizado previamente.  Yo particularmente agotado, en parte porque estaba medio enfermo con una faraingitis y porque tampoco estoy tan entrenado para actividades tan largas y con tanto desnivel y en trepada en un día.  Pero lo conseguimos.  Ya solo queda seguir disfrutando de los mismos paisajes pero con la tranquilidad de ir bajando sendero abajo, sin apenas esfuerzo y con la maravilla de ver los atardeceres en la montaña previamente eso sí, con un descansito de 5 minutillos en el regufio de la Pombie para beber agua.  Tras llegar al coche, tras casi 30.000 pasos y más de 11 horas de ruta, obviamente ya no daba tiempo volver a Valencia así que decidimos volver a dormir en Formigal y celebrar nuestro objetivo en una pizzería!

Lo mejor: las impresionantes vistas únicas por el hecho de subir un volcán.  A mi particularmente que tenga momentos algo técnicos y que obligue el uso de la cuerda me motiva bastante.  Es una actividad muy potente.

Lo peor: Me llevé demasiado material y eso supuso un peso innecesario que ciertamente lo pagué.  Cruzarme con el guía francés antipático, que ahora entiendo la fama que tienen. Al final acabé destruido del cansancio.

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