El Villarreal cae en el Bernabéu en un partido en el que Baena y Gerard tuvieron que ser sustituidos por molestias antes del descanso
Tras ocho meses de la conquista del Bernabéu por parte del Villarreal, el Real Madrid todavía andaba buscando su venganza personal contra el submarino. Por la victoria y por el puñetazo de Valverde a Baena. Cuánto daño hizo Samu Chukwueze aquí el curso anterior. Salió con todo el equipo blanco para evitar cualquier tipo de susto y se encontró con un Villarreal que, a pesar de las lesiones de Baena y Gerard en el primer tiempo, luchó por rascar algo positivo del Bernabéu, pero que acabó goleado.
Salió a morder el Real Madrid, que no dejaba a los de Marcelino salir de su propio campo en los primeros 10 minutos de encuentro. A partir de ese momento, las revoluciones bajaron y el Villarreal comenzó a jugar. El planteamiento era claro: esperar el fallo de los de blanco, salir rápido de la presión y pillarles al contragolpe. Ilias Akomach, muy activo en la primera mitad, es experto en ello y también Baena, pero un percance con Lucas Vázquez (más bien un pisotón que el árbitro no señaló como falta) dejaron al de Roquetas de Mar KO.
Tras varios minutos renqueante y cojeando, Baena, pitado por el feudo local, no podía continuar. Pero si eso ya era duro, más difícil se le iban a poner las cosas al submarino. Un centro de Modric lo iba a rematar Bellingham tras un más que notable agarrón a Capoué. El árbitro no vio nada y el VAR se lavó las manos. 1-0. Tras el gol, Baena se lanzó al suelo y Terrats lo sustituyó.
Tras el gol y la lesión, el Villarreal volvió a venirse abajo y el Madrid lo aprovechó. Una jugada en el área amarilla la iba a resolver Rodrygo para hacer el 2-0. En primera instancia el linier anuló el tanto, pero el VAR lo concedió. Por si la lesión de Baena no era suficiente, Gerard se sentó en el césped, sin poder continuar, por una supuesta torcedura de tobillo. Una baja más para el submarino y ya es la enésima de la temporada.
Ni siquiera pudo aguantar al descanso el catalán. Se retiró al vestuario antes de que pitara el árbitro el descanso y Marcelino prefirió no gastar una nueva venta de cambios. Así se llegaba al descanso, con dos jugadores claves del submarino lesionados y 2-0 abajo en el feudo madridista.
El partido no invitaba a confiar en una remontada épica, pero entre Terrats y Morales se empeñaron al inicio de la segunda mitad. Una jugada de combinación rápida entre ambos iba a propiciar que Morales definiera con su zurda ante Lunin y pusiera el 2-1 en el electrónico. Cuando mejor estaba el submarino, todo voló por los aires. El Real Madrid, superior, pilló descolocado a los de Marcelino y Brahim hizo el tercero.
Ahí murió el partido. El Bernabéu, sobre excitado, alentaba a unos jugadores con un hambre de gol terrible y el cuarto llegó, obra de Luka Modric. El Villarreal se desesperaba sobre el césped de un partido que había perdido toda la gracia y que solo podía mejorarlo el pitido final.
Y así fue. Figueroa Vázquez mostró el camino a los vestuarios. Finalmente, un 4-1 que deja tocado al submarino y que tendrá que luchar en La Cerámica el próximo miércoles ante el Celta para no irse hundido al parón navideño.
