La Selección española ha completado un gran partido, que fue el de Turquía, uno bastante bueno, contra República Checa, y uno caótico y auténtico tobogán, contra los croatas.
Visto con perspectiva, el encuentro contra los checos ya debió alertar de lo que podría pasar en el futuro, porque contra los otomanos se cayó en la euforia. En el caso que España fuera eliminada contra los italianos, el choque contra los balcánicos habrá sido determinante.
Las polémicas con De Gea, Pedro, Piqué, Ramos y su penalti… están acompañando el deambular hispano en la Euro.
Del Bosque debe nuevamente retomar el pulso a la competición, analizar el craso error del último día en cuanto a alineación y decisiones, y plantearse que esta Italia no es lo que era y se le debe eliminar.
Eso sí la complicación de tener que ir eliminando rivales durísimos por el camino es evidente y complica el proceso.