La conclusión del mercado de fichajes deja un sabor agridulce incluso de suspenso después de las carencias que se han acudiado en los últimos partidos. La llegada de Vietto y de Coquelin eran necesarias tanto como la del lateral derecho que no está
El mes de enero ha dejado al aire las vergüenzas del Valencia CF. Los tres primeros meses de competición, sin cansancio ni contratiempos. Con la llegada del nuevo año y la sobrecarga de partidos, las lesiones y sanciones convencieron al cuerpo técnico de la necesidad de tener que acudir al mercado de fichajes si se quiere abordar la Champions y la Copa del Rey.
Raudos y veloces acudieron al mercado a traer a Luciano Vietto para reforzar la delantera -la rodilla de Zaza preocupa mucho- y a Francis Coquelin, un perfil de futbolista del que no se disponía en la plantilla y te quita muchos problemas de en medio. El rendimiento de estos dos han sido inmediatos. El argentino, con tres goles, te resuelve una eliminatoria, el francés hace gala de su versatilidad y cuaja un buen debut en Coruña como ‘stopper’ y se estrena con nota como central contra el Real Madrid
Los dos recambios, desde mi humilde punto de vista, son dos aciertos por parte de Mateu y Marcelino. Sin embargo, tengo una espinita clavada. Faltaba la guinda en el lateral derecho. La falta de confianza en Nacho Vidal y el nivel paupérrimo de Montoya en este último mes ha sido sangrante. Incluso Ruben Vezo ha sido titular en esa posición y ha cumplido, dato más que preocupante.
Se intentó el regreso de Cancelo, prácticamente imposible por la posición de fuerza del Inter de Milán y se han barajado otros nombres (Matteo Darmian y Bruno Peres), pero no se ha llegado a cristalizar ninguna opción para tener una banda derecha con unas mínimas garantías.
Tras la profunda remodelación del equipo en verano, pensábamos que la doble (o triple) M podría volver a hacer magia. Para la desilusión de la mayoría, no ha sido así. Ves los refuerzos del Sevilla- Layún, Sandro y Roque Mesa- para reengancharse a la Champions (7 puntos respecto al Valencia) y entra un poco el ‘canguelo’. Hasta mayo queda mucho por jugar, disfrutar y por supuesto, sufrir, pero ver pelear al Valencia por la Champions de nuevo vale la pena.