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El Valencia vuelve a hacer el ridículo y cosecha una nueva derrota en Champions League. Una victoria del Gent en Lyon puede hacer que los de Nuno no dependan de sí mismos para clasificarse para la siguiente fase.
El Valencia es un barco a la deriva, con muchas vías de agua, sin tripulación y sin capitán. El barco se hunde y no hay nadie que pueda reflotar esta situación. El patrón, el señor Peter Lim, parece que no toma la decisión de nombrar a un nuevo capitán que encauce la situación y todo va de mal en peor. Los jugadores juegan sin alma, sin garra y sin ilusión y la única forma de revertir una situación así es de la manera más drástica, una destitución a tiempo, si no se pueden cambiar 23 jugadores habrá que cambiar la cabeza pensante, el entrenador.
Dicen que la Champions es una competición que motiva a cualquier jugador, pero para motivar a este vestuario haría falta algo más que disputar un partido de alta exigencia. El Valencia no es capaz de jugarle de tú a tú a ningún rival, independientemente del nivel que tenga. No existe competitividad ni tensión deportiva y sin eso ganar un partido es casi imposible. El partido empezó tan frío como el tiempo en Rusia, el Zenit sin hacer gran cosa controló el partido, se notaba que había un equipo que sabía a qué jugaba y otro que no sabía qué hacer con el esférico.
Los rusos cedieron la posesión a los valencianistas y atacaron con su mejor arma, la contra, castigando a los inoperantes Cancelo y Vezo con una gran actuación de Hulk y Danny. Tras un fallo de la zaga llegó el primero de los locales al borde del fuera de juego. Los de Nuno seguían sin reaccionar y la única ocasión reseñable fue un balón de Parejo al que no llegó por poco Alcácer.
La segunda mitad no defirió mucho de la primera. Nuno no tiene un plan A y más difícilmente uno B. El Valencia salió de nuevo a controlar la posesión pero no porque fuera superior al Zenit, sino porque los rusos dejaban jugar a los ché. La salida de Santi Mina revolucionó un poco el partido, incluso llegó a marcar pero su tanto fue anulado por fuera de juego. Los de Nuno tuvieron un par de minutos buenos pero no trascendió a más y lo que llegó fue el segundo de los rusos tras una gran jugada colectiva del conjunto local. La sensación era que con muy poco se le hace daño a este equipo y la endeblez mental y física de los valencianistas es digna de estudio ya que no se explica la mala preparación física y de fichajes de este verano.
La clasificación para la siguiente ronda se complica y mucho, si el Gante logra la victoria en Lyon, el Valencia no dependería de sí mismo para lograr el pase a octavos. Si gana el Lyon, los de Nuno tendrán que ganar sí o si en Mestalla a los franceses si quieren acceder a la siguiente fase de la Champions League.