El actor y cineasta Viggo Mortensen recibirá un Premio Donostia en reconocimiento a su carrera durante la 68 edición del Festival de San Sebastián, donde la estrella estadounidense presentará la película Falling, su debut como director.
El filme, que clausuró el Festival de Sundance y forma parte de las películas seleccionadas por el Festival de Cannes, tendrá su premiere europea en San Sebastián. Falling está protagonizado por el veterano Lance Henriksen y por el propio Mortensen, que también firma el guión. Interpretan a un padre y a un hijo cuyos diferentes mundos colisionan en este drama familiar producido por el sello del actor, Perceval Pictures, junto a Ingenious, Hanway Films, Scythia Films y Zephyr Films. Su estreno está previsto el 2 de octubre en España, donde la película será distribuida por Caramel Films y Youplanet Pictures.
En los últimos 35 años, Viggo Mortensen ha participado en medio centenar de películas –de cineastas como David Cronenberg, Peter Weir, Jane Campion, Peter Jackson, Gus Van Sant, Brian de Palma, Agustín Díaz Yanes, Ana Piterbarg, Lisandro Alonso, David Oelhoffen, Peter Farrelly o Matt Ross– en las que ha estampado su sello de calidad sin importar el género cinematográfico. No sólo formó parte del elenco de la trilogía fantástica The Lord of the Rings (El señor de los anillos), en la que interpretó al inmortal Aragorn, sino que también ha optado al Oscar en tres ocasiones por Eastern Promises (Promesas del Este, David Cronenberg, 2007), Captain Fantastic (Matt Ross, 2016) y Green Book (Peter Farrelly, 2018).
BIOFILMOGRAFÍA
Nacido en Nueva York en 1958 de padre danés y madre estadounidense, Viggo Mortensen vivió gran parte de su infancia en Argentina, donde entre otras cosas aprendió a hablar español, uno de los muchos idiomas en los que puede expresarse. Tras regresar a su país natal, estudió arte dramático y trabajó en el teatro. Su primer papel en el cine fue junto a Harrison Ford en Witness (Único testigo, Peter Weir, 1985), intriga policíaca en la que encarnó a un granjero amish.
En sus inicios cultivó el cine de género y apareció en secuelas como Leatherface: Texas Chainsaw Massacre III (La matanza de Texas III, Jeff Burr, 1989), en la que fue hermano del legendario Cara de Cuero, o en el western Young Guns II (Intrépidos forajidos, Geoff Murphy, 1990). No tardó en lograr sus primeros papeles protagonistas como el de misterioso recluso de Prison (Presidio, Renny Harlin, 1987), el de hermano mayor en el inquietante film de culto The Reflecting Skin (La piel que brilla, Philip Ridley, 1990) o el de veterano de Vietnam en The Indian Runner (Extraño vínculo de sangre, 1991), debut en la dirección de Sean Penn.
En la década de los 90 trabajó para cineastas como Brian de Palma (Carlito’s Way / Atrapado por su pasado, 1993), Tony Scott (Crimson Tide / Marea roja, 1995), Jane Campion (The Portrait of a Lady / Retrato de una dama, 1996) y Ridley Scott (G.I. Jane / La teniente O’Neil, 1997). Poco después de realizar sus primeras apariciones en producciones españolas como Gimlet (José Luis Acosta, Zabaltegi-Nuevos Directores, 1995) o La pistola de mi hermano (Ray Loriga, 1996), actuó en dos remakes de Alfred Hitchcock a cargo de Andrew Davis (A Perfect Murder / Un crimen perfecto, 1998) y Gus Van Sant (Psycho / Psicosis, 1998).
Fue en el cambio de milenio cuando Mortensen vio su figura catapultada al estrellato gracias a la adaptación de la trilogía fantástica El señor de los anillos, dirigida por Peter Jackson a partir de la obra literaria de J.R.R. Tolkien. Con gran éxito de público, el actor dio vida al personaje de Aragorn en The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring (El señor de los anillos: La comunidad del anillo, 2001), The Lord of the Rings: The Two Towers (El señor de los anillos: Las dos torres, 2002) y The Lord of the Rings: The Return of the King (El señor de los anillos: El retorno del rey, 2003). Después siguió blandiendo la espada, esta vez como intrépido capitán del Siglo de Oro español, en Alatriste (2006), la superproducción dirigida por Agustín Díaz Yanes.
También fue hombre corriente asaltado por un oscuro pasado en A History of Violence (Una historia de violencia, 2005), la primera de sus tres colaboraciones con David Cronenberg, a cuyas órdenes volvió a ponerse como empleado de la mafia rusa en Eastern Promises (Promesas del Este, 2007), que inauguró con su presencia la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y le procuró su primera nominación al Óscar, y como el mismísimo Sigmund Freud en A Dangerous Method (Un método peligroso, 2011).
En la última década ha participado en otras adaptaciones literarias como The Road (La carretera, John Hillcoat, 2008) y On The Road (En el camino, Walter Salles, 2011), basadas en libros de Cormac McCarthy y Jack Kerouac, respectivamente. En su doble faceta de actor y productor ha brindado su talento a filmes argentinos como Todos tenemos un plan (Ana Piterbarg, 2012) o Jauja (Lisandro Alonso, Horizontes Latinos, 2014), con el que regresó a San Sebastián. Sus dos últimas nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood fueron por Captain Fantastic (Matt Ross, 2016), en la que interpretó a un padre a cargo de seis hijos, y por su trabajo en la ganadora del Oscar a la mejor película Green Book (Peter Farrelly, 2018), en la que fue el chófer del pianista afroamericano Don Shirley.
Además de la interpretación, la escritura, producción y dirección de películas, Mortensen cultiva también otras artes como la pintura, la música, la fotografía y la literatura. También es fundador de Perceval Press, una editorial independiente especializada en arte, escritura crítica y poesía.
FALLING
VIGGO MORTENSEN (CANADÁ – REINO UNIDO)
Intérpretes: Lance Henriksen, Viggo Mortensen, Terry Chen, Sverrir Gudnason, Hannah Gross, Laura Linney
John Peterson vive con su marido Eric y su hija adoptiva, Monica, en California. Willis, su padre, un granjero solitario y conservador, accede a viajar a Los Ángeles y quedarse en casa de John mientras busca el lugar idóneo para jubilarse. Durante su estancia, los mundos de padre e hijo chocan violentamente, hurgando en viejas heridas y abriendo nuevas en el viaje mutuo a la aceptación y el perdón.